La "Minerva" de Sánchez de las Brozas

Si pensamos en la historia de la filología, es raro que un nombre como el de Francisco Sánchez de las Brozas se nos venga a la mente como uno de los académicos más importantes de la historia de la lengua. De hecho, es bastante improbable que personas que estén fuera del ámbito filológico (y dentro de él) hayan escuchado su nombre. 


Nacido en 1523, en pleno auge del Renacimiento, Sánchez de las Brozas, o también conocido como "El Brocense", fue pionero en el estudio del latín y el griego. Sus ideas, revolucionarias en comparación con las de sus contemporáneos, pues desafiaba la tradición, hicieron que fuera perseguido por la Inquisición en unas cuantas ocasiones. 

En cuanto a su propuesta de gramática publicada en su obra llamada Minerva de causis linguae latinae hay varias cosas interesantes que merece la pena comentar. Para empezar, analiza la gramática latina desde una perspectiva racional y, sobre todo, lógica. Pone énfasis en la necesidad de aplicar la razón al estudio del lenguaje y, además, sostiene que la gramática debe de ser investigada con el mismo cuidado que cualquier otra ciencia, es decir, incita a que no se le de la importancia que tiene. Asimismo, rechaza la idea de que las reglas del latín sean arbitrarias

Sánchez de las Brozas propone que el estudio de la lengua debe centrarse en descubrir la etimología y las causas naturales de las palabras. Para esto argumenta que los nombres de las cosas no son al azar, sino que tienen una razón de ser, pues reflejan la esencia de la cosa a la que se refiere. Critica también las divisiones tradicionales de la gramática, pues considera que no tienen ningún tipo de lógica. El autor examina también la concordancia entre nombres y verbos y demás aspectos en relación con términos gramáticos, pero siempre tratando de buscar el lado lógico y haciendo un análisis profundo sobre ellos.


Esta obra para mí representa una continuación y evolución crítica de las ideas propuestas por Nebrija, el autor de la Gramática de la lengua castellana. Mientras que Nebrija fue pionero en establecer una gramática para la lengua española centrada en establecer un sistema gramatical para así ofrecer un vehículo de cultura y conocimiento, el Brocense se centró en enfatizar la importancia de entender el por qué de la gramática: por qué determinados conceptos se denominan así, por qué una determinada palabra se emplea para definir x concepto, etc. Nebrija establece un sistema gramatical para el español desde una perspectiva mucho más autoritaria mientras que el Brocense propone un enfoque más personal y reflexivo.

Aunque esta manera de formular la teoría sea un poco densa, pues a fin de cuentas es una reflexión constante, es cierto que hace que, a diferencia del planteamiento de Nebrija, veamos la lengua desde otro punto de vista, pues lugar de limitarse a simples normas, nos abre las puertas para pensar en el uso lógico del español, adoptando un uso más analítico. Aun así, considero que ambas propuestas fueron cruciales para el desarrollo de la lengua. 


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